A 100 AÑOS
DEL PASO A LA INMORTALIDAD DE LENIN
Sergio Guilli
Lenin ha
sido un militante, un teórico político, un filósofo. Un ser entregado en cuerpo
y alma a la causa de la revolución socialista. Su línea de trabajo fue apegarse
a la teoría desarrollada por Marx y Engels e intentar aplicarla de la manera
más consecuente.
Dio
respuesta en todos los planos. En lo político comprendió que las revoluciones
no son fruto de acciones espontáneas, que por lo tanto había que forjar un
partido que tuviera límites ideológicos claros: la guía de la teoría de Marx.
Definió que el partido revolucionario no tenía que acotarse en su accionar a
atender las reivindicaciones populares sino que tenía que aspirar a dar una
decidida lucha ideológica y política, una batalla cultural contra los
desvalores del sistema capitalista. En la misma medida rechazó el accionar
violento individualista.
Construyó a
principios de siglo el partido bolchevique, que afrontó en 1905 un ascenso revolucionario en toda Rusia. En
la clandestinidad que imponía el régimen zarista, pudo llevar un profundo
debate político – ideológico entre sus filas y así depurar al partido,
fortaleciéndolo a cada paso.
En 1907
afrontó la contrarrevolución, entendió que el abstencionismo electoral no había
sido una respuesta acorde a la situación, que había que aprovechar cada espacio
democrático y volvió a colocar al partido rápidamente en la puja electoral, aun
en las condiciones restrictivas de la autocracia zarista.
Defendió en
aquellos años de relativismo, de reblandecimiento ideológico, la posibilidad de
la verdad contra la mentira de los burgueses. Esta batalla ideológica fue clave para reconstituir al partido. Con la a
primera guerra mundial del ‘14se genera la ruptura definitiva con la
internacional socialdemócrata colaboracionista. Lenin define el carácter
imperialista de la guerra, llama a la fraternidad internacional de los pueblos
y convoca a volver las armas contra los burgueses. Esta línea daría sus frutos
en la insurrección de octubre del ’17 que lleva a los bolcheviques al poder, el
primer gobierno de obreros y campesinos que se sostiene en el tiempo. Esa fue
su obra maestra, llevó una sociedad de la teoría a la práctica. Sostuvo firme
al pueblo soviético ante los ataques de los generales zaristas y de las
potencias interventoras. Definió el
imperialismo como una lógica consecuencia de la acumulación capitalista,
barriendo con todas las fantasías socialdemócratas. Su mayor legado de táctica
política, “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo” es un gran
orientador para los pueblos del mundo.
Su realismo
político lo llevó a firmar la paz de Brest-Litovsk con los alemanes y a
desarrollar la Nueva Economía Política, por la cual se establecían relaciones
mercantiles entre los campesinos y los obreros. Ambas medidas encontraron la
resistencia de los sectores izquierdistas, más pegados al dogma que a la
realidad. Marcó el camino de la electrificación de toda la URSS como camino
para construir el comunismo. Con la guía ideológica del marxismo leninismo el
pueblo soviético liberó al mundo del nazifascismo y se alzó del arado a la
conquista del espacio. Una proeza inigualada: sobreponerse a guerras
sanguinarias, llegar a ser segunda potencia mundial, afrontar una carrera
armamentística sin parangón y oficiar de bastión de los pueblos del mundo en su
liberación.
Lenin murió
cuando aún tenía mucho por dar. La URSS resistió durante décadas y finalmente
fue desarticulada mediante un trabajo dirigido desde el imperialismo. Desde
entonces, no han cesado en la intención de borrar su memoria. Cada década son
promocionadas “novedades teóricas” que reciclan viejos discursos con nuevo
formato para arrojar arena a los ojos de la militancia progresista. El objetivo
es mostrar a las nuevas generaciones al pensamiento leninista como algo
vetusto, dogmático, rígido. Sin embargo, el odio que le profesa el
occidente capitalista a su pensamiento
es una muestra de su vigencia.
Contra toda
la escoria, la República Popular China demuestra hoy cómo un partido dirigido
por el marxismo leninismo nuevamente lleva a una nación al lugar de potencia
mundial, acabando con el flagelo de la pobreza extrema.
Lenin marca
el inicio del proceso por el cual la humanidad dejará la prehistoria para
iniciar la auténtica historia humana.
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